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6/06/2002

 
Jon Leonardo 
 
 
El turismo cultural como factor de regeneración urbanística

 
   
Análisis sociológico de los visitantes a Bilbao 
 
   

 
 
Han pasado casi tres años desde que finalizamos el último informe Guggenheim. En él destacábamos la necesidad de ir completando la oferta cultural de la Villa, tanto desde el punto de vista de la implementación de nuevos equipamientos como en relación a nuevas actividades a desarrollar, algunas de estas recomendaciones son ya realidad.

Durante este período han acaecido cambios que han sacudido profundamente la fisonomía de la ciudad y que más que apuntar hacia un horizonte definido de una vez por todas, nos sitúa en un marco complejo donde la capacidad para conjugar las potencialidades existentes con las condiciones históricas concretas, será determinante en el buen éxito de la empresa. No podemos olvidar que la historia del urbanismo está llena de «buenas intenciones» que jamás vieron la luz, precisamente por no tener en cuenta esta verdad elemental.

Bilbao se debate entre su ya viejo pasado industrial y su nuevo futuro emergente, hasta qué punto seremos capaces de convertir nuestra vieja «gabarra» en un «tren de alta velocidad», está por ver. Pero, si bien es cierto que el futuro, como dice Henri Lefebvre, está contenido en las potencialidades del presente, no es menos cierto que aquél no puede concebirse como la mera extrapolación de lo existente en el tiempo. En el caso de Bilbao, la irrupción del Guggenheim ha supuesto ponernos en el frontispicio de lo nuevo, de una realidad transformada que exige un serio esfuerzo de creación, de imaginación a partir de las posibilidades abiertas por la crisis de su viejo tejido industrial. Es aquí donde se debe conjugar hábilmente la necesidad de conservar la memoria histórica de la ciudad con la no menos apremiante necesidad de dotar a este tejido urbano de nuevos contenidos. Para Kevin Lynch esta idea se traduce en la necesidad de lograr un alto grado de «Ajuste» entre la forma y función y que, según él, sólo lo han conseguido aquellas ciudades que han marcado un hito en la historia de la humanidad.

Es, en este proceso de transformación en el que estamos inmersos, donde la Cultura y con ella, los Equipamientos a ella adscritos, adquieren verdadera significación. El informe que presentamos, al igual que los anteriores, toma como referencia de análisis a los visitantes al Museo Guggenheim. A partir de ellos, trata de explorar una serie de cuestiones relacionadas con la imagen percibida de la Villa. De este modo, podremos adquirir la visión de aquél que la ve por primera vez y que, por otra parte, la juzga en el marco de su propia experiencia vital. Posiblemente este contraste no nos descubrirá nada nuevo, nada que no sepamos, pero en la medida que es la expresión de alguien de fuera, nos proporcionará un nivel de objetivación de nuestras potencialidades y defectos que sería prácticamente imposible para los que la vivimos día a día.

El informe que presentamos supone, desde nuestro punto de vista, una mirada retrospectiva al Museo y a la Villa. Creemos que los tres años transcurridos, permiten apreciar en su justa medida, cuáles de los cambios acaecidos responden a tendencias estructurales, y cuáles a aspectos meramente coyunturales. Está dividido en tres partes claramente diferenciadas; la primera, está dedicada al análisis del impacto del Guggenheim como factor de atracción cultural; en la segunda, se evalúan diversos aspectos relacionados con la Villa: seguridad, ambiente, limpieza..., con el objetivo de ver hasta qué punto ha ido cambiando la percepción de los visitantes en una serie de aspectos que se consideran de especial relevancia. Por último, el informe trata de aportar una serie de datos significativos relativos al impacto en términos económicos: tipo y cuantía de las compras, características del alojamiento... . El informe termina con la redacción de las conclusiones más importantes respecto a los aspectos analizados.

Creemos, y no lo decimos en tono de disculpa sino a modo de aclaración de algunos de los datos que tienen un comportamiento cuanto menos peculiar en relación a informes anteriores, que, en los casi tres años transcurridos desde la elaboración del último informe, se han producido una serie de eventos y de circunstancias que han cambiado sensiblemente el paisaje. En este sentido, a nadie se le escapa, por ejemplo, la repercusión del 11S para el turismo internacional. Idénticamente, a nivel local, durante este mismo período, Bilbao ha aumentado su oferta hotelera de forma absolutamente espectacular. Es más, en el momento en que se redacta este informe estamos a las puertas de nuevas inauguraciones y se está produciendo el traslado de los contenedores de la zona de Abando-Ibarra. Viene esto a cuento para justificar no sólo las variaciones producidas en la puntuación que los visitantes otorgan a nuestra ciudad, sino porque esperamos que estas variaciones sean aún mayores en un futuro muy cercano, al pairo de los cambios que se están sucediendo.

Como toda obra es en el fondo la expresión de un proyecto colectivo, queremos dar nuestras más sinceras gracias a todos aquéllos que la han hecho posible; en especial, a los alumnos de la Facultad de Sociología que han trabajado encuestando y grabando los datos. A Sonia, cuya supervisión ha permitido que esta investigación llegue a buen puerto y, en definitiva, a todos aquellos que de una forma u otra nos han ayudado a la realización de este proyecto.

El Museo Guggenheim como factor de revitalización turística

Desde 1997, fecha de inauguración, el Museo Guggenheim ha sido santo y seña del auge de Bilbao y, no es una exageración decir, que su inauguración constituye un hito en la historia urbanística de la Villa. La obra de Gehry ha proyectado a la ciudad mucho más allá de sus fronteras, introduciéndola con pleno derecho en el circuito de ciudades culturales de proyección internacional.
La importancia que el Museo Guggenheim ha tenido y tiene como expresión estética de una obra arquitectónica vanguardista que supone un hito en el proceso de creación de su autor, paradójicamente, ha provocado una disociación entre los valores asociados al edificio, -ha habido quien ha afirmado que el edificio constituye en sí mismo una obra escultórica-, y la función que desempeña como «contenedor» de exposiciones artísticas de diversa índole. Esta disociación entre forma y función ha provocado un serio debate entre especialistas, que ha venido a desembocar en la idea más o menos aceptada de que, pasado el efecto «novedad», su impacto sobre la ciudad irá disminuyendo sensiblemente, dado que la calidad de las exposiciones artísticas no tiene la capacidad de atracción y de admiración que de por sí tiene la obra de Gehry. ¿Hasta que punto esto es cierto?, ¿En qué medida el tiempo transcurrido nos permite entrever lo acertado de este tipo de afirmaciones?. A estas y otras preguntas trataremos de responder en este informe (1).

No cabe duda, que en el período de los dos años transcurridos desde la finalización de nuestro último informe han sucedido muchas cosas, en gran medida ajenas a la actividad del propio museo, que explican y justifican en parte los vaivenes habidos en términos de impacto turístico. En este sentido, por citar dos botones de muestra, a nadie se le escapa la importancia que, en 1998, tuvo la finalización de la tregua de ETA, al pairo de la cual, se superó la cifra del 1.300.000 visitantes/año; o, la trascendencia que ha tenido el 11S para el turismo norteamericano cuya presencia, desde la fundación del Guggenheim, ha sido relativamente significativa en la Villa, suponiendo una fuente importante de ingresos para la economía local.

Una mirada retrospectiva a la afluencia de visitantes al museo desde su inauguración, nos permite entrever, a pesar de la brevedad del tiempo transcurrido, la importancia de la Cultura como factor regenerador, tendencia que desde nuestra modesta opinión, empieza a consolidarse y a tener un carácter estructural más allá de vaivenes coyunturales.

Creemos, aún a riesgo de parecer exagerados, que los específico del proceso de regeneración de la Villa es su valor ejemplar, como «laboratorio social» que muestra la incidencia de una sola (el énfasis es nuestro) variable en el proceso de regeneración de la ciudad. Dicho de otra forma, aunque se ha teorizado mucho sobre la importancia de la Cultura como factor de regeneración urbanístico, en la mayor parte de los casos, ésta siempre aparece como una “addenda” a una serie de sectores que de por sí tienen la suficiente entidad como para servir de elementos tractores de la ciudad. El caso de Bilbao es distinto, se trata de una ciudad de segundo orden, sumida en plena crisis industrial, donde la irrupción de un equipamiento cultural ha cambiado 180º su fisonomía y proyección. En definitiva, el caso de Bilbao, a diferencia de otros modelos, ha permitido comprobar in situ propuestas teóricas que en otros contextos, no pasaban de ser meras hipótesis de trabajo.

Todo lo anterior adquiere plena significación si analizamos los datos que a continuación se presenta: el número de visitantes al museo, una vez superado el boom de 1998 en el que concurrieron circunstancia excepcionales: primer año de apertura, tregua..., se ha estabilizado en torno al millón de visitantes/año, lo cual le consolida como el segundo museo más visitado de España.

El edificio un valor permanente

No es necesario volver a repetir la importancia de la obra de Gehry. Es de dominio público la admiración que ha suscitado el Museo, tanto por sus valores composicionales desde un punto de vista formal, como por lo que supone de ruptura en la evolución del pensamiento y conceptualización arquitectónica.

Al margen de modas y tendencias, uno de sus principales activos es que es capaz de crear un «sincretismo estético» que suscita la admiración de toda clase de públicos, tanto de los profesionales y entendidos como de los más legos.

Una lectura atenta a los datos no deja lugar a dudas, frente a visiones un tanto catrastofistas, según las cuales: «el particularismo estético» de la obra de Gehry pasado un tiempo prudencial puede llegar a cansar y, consecuentemente, a perder su atractivo actual; los datos son los suficientemente «tercos» al mostrar que el Museo no sólo no ha perdido el atractivo que tenía, sino que lo ha aumentado. La puntuación media alcanzada es de 8,99 sobre 10, cifra realmente espectacular. Consecuentemente el valor simbólico que tiene, vinculado a la atracción y fascinación que ejerce al visitante, no sólo no se ha perdido sino que ha aumentado.

Las exposiciones artísticas, un valor en alza
En la corta, pero relevante, historia del Museo se han realizado aproximadamente veinticuatro exposiciones artísticas, por las que han pasado cerca de cuatro millones y medio de visitantes. Independientemente de la diferente acogida de las muestras presentadas al público y, al margen de la diversidad de estilos pictóricos y de tendencias artísticas representadas, lo cierto es que, tal y como se ha venido subrayando en informes anteriores, se ha intentado combinar una política orientada al gran público, a través de muestras divulgativas de carácter histórico-antropológico, («China: 5000 años» o «Giorgio Armani») con otra mucho más selectiva, al menos en su concepción inicial, orientadas a un público mucho más especializado, iniciado; en definitiva, minoritario. («Andy Warhol a Factory», «Los mundos de Nam June Palk» y otras).

La puntuación media otorgada por los visitantes al Museo no deja lugar a dudas en cuanto al grado de aceptación de las diferentes exposiciones artísticas celebradas. El hecho de que dispongamos de las valoraciones dadas por los visitantes en estos cuatro años de vida, y que, en todas ellas, las puntuaciones coincidan en gran medida, constituye una realidad que no se puede obviar y que nos permite tener una opinión empíricamente consolidada.

El Museo sigue causando unánime admiración en el público visitante. Las puntuaciones otorgadas por los visitantes a lo largo de los cuatro años transcurridos, muestran que la obra de Gehry es resaltada como un hito arquitectónico siendo el leitmotiv que les lleva a visitar la Villa
Idénticamente, la exposiciones artísticas siguen manteniendo el interés del público que acude al Museo. A pesar de la diversidad de las muestras, lo cierto es que todas ellas reciben puntuaciones altamente favorables que son representativas del agrado con que son recibidas por el público visitante. Su éxito pone de manifiesto el «margen de maniobra» con que cuenta el Museo de cara a aumentar el público visitante.

En definitiva, no se puede olvidar que la centralidad otorgada a un equipamiento cultural está en consonancia directa con su alcance y con su capacidad de atracción. En este sentido, la búsqueda de un «compromiso» entre una política de divulgación y otra de innovación y de exposición de muestras vanguardistas, constituye un objetivo que debe alcanzarse en aras a seguir potenciando al Museo como un elemento de revitalización a futuro.

La visita a Bilbao

Posiblemente en los anales de la Historia de la Villa en un futuro quedará reflejada la década de los 90 y el primer cuarto de siglo como una de las etapas más interesantes y, por qué no decirlo, brillantes, de la reciente historia urbanística. Pensar en una ciudad como Bilbao, sumida en un profundo proceso de reconversión industrial y urbanístico allá por los años 80, e inmersa en la actualidad en un proceso acelerado de cambio en el que rivalizan arquitectos tan prestigiosos como: Foster, Gehry, Calatrava, Legorreta, Isozaki, Peña Ganchegui o Pelli, parecería de ciencia ficción para el residente de la Villa tan sólo 10 años atrás.

El pistoletazo de salida de esta transformación vertiginosa de la que apenas hemos iniciado el camino, lo constituyó el Plan Estratégico del Bilbao Metropolitano de 1989, a partir del cual se desencadenó una profunda reflexión de las posibilidades de desarrollo del A.M.B., y que ha servido de marco formal del despegue urbanístico al que asistimos en la actualidad.

En el transcurso de estos años, Bilbao ha sido testigo privilegiado de un proceso de renovación urbanística sin precedentes, proyectando nuestra ciudad más allá de nuestras fronteras. La exposición en el Art Institute of Chicago realizada en el año 2001 y el recién finalizado Salón Inmobiliario Internacional, MIPIM 2002, celebrado en Cannes, son algunos de los eventos que jalonan este periplo. Pero, como todo proceso de cambio exige la perspectiva del tiempo para que pueda ser apreciado en toda su complejidad, y, en el caso de Bilbao estamos en los inicios de una transformación urbanística sin precedentes en el que convergen propuestas de todo tipo, resulta muy difícil saber de antemano su capacidad real para ser llevadas a cabo.

La transformación urbanística de la Villa, una vez agotado el modelo industrial en el que ha venido sustentándose durante la segunda mitad del siglo XX, exige la incorporación de actividades vinculadas a la nueva economía informacional, de la cultura y del ocio; lo cual requiere a su vez, medir los cambios que están produciéndose en este aparentemente «lento discurrir» en el que estamos inmersos, pero que, a quien conoce la realidad por dentro, le produce una sensación idéntica o parecida a la que nos transmitía Unamuno en los comienzos de la industrialización cuando se preguntaba dónde estaba el «Bilbao de los viejos escritorios..» consciente de la irreversibilidad y de la velocidad de las transformaciones en curso.

En este sentido, en relación al atractivo que tiene Bilbao para los visitantes, conviene saber cómo nos ven los turistas que acuden a la Villa, qué percepción tienen de la ciudad, y, lo que es más importante, cómo va cambiando esta percepción a lo largo del tiempo desde los ojos de un observador ajeno a ella.

Si se analiza la evolución de las puntuaciones para cada una de las dimensiones consideradas, se puede apreciar perfectamente las fortalezas y debilidades que presenta Bilbao a los ojos de los visitantes.
Gastronomía, Ambiente en las calles, Hoteles y restaurantes, Nivel de Vida y Comercio por este orden constituyen los aspectos mejor valorados por los visitantes. Como puede comprobarse se trata de aspectos que hacen referencia a la importancia de la Villa como «Espacio convivencial».

En el lado opuesto, están aquellas dimensiones que están relacionadas con el «Espacio urbano, medioambiental y sostenible» de la ciudad. En este sentido, los aspectos menos valorados por orden de importancia son: Limpieza de la ría, Contaminación del aire y acústica, Aparcamientos y Limpieza y cuidado de las calles.

Los datos aparecen reflejados que a continuación se expone:
Un análisis nos permite apreciar mucho mejor las diferencias existentes entre las dos puntuaciones, una vez transcurridos tres años entre ambas mediciones. Así, entre los aspectos positivos, se ha obtenido una mejora sensible en la:
- Limpieza de la Ría (+0,39)
- Percepción del nivel de vida, (+0,21) y en
- La calidad de los Hoteles y Restaurantes (+0,11)

Por otra parte entre los aspectos en los que se ha producido un retroceso respecto a las mediciones anteriores, conviene destacar:
- Señalización y accesibilidad (-0,30)
- Transportes y Servicios Públicos (-0,24)
- Contaminación del aire y acústica, (-0,11) y
- Seguridad en las calles (-0,11).

A fin de obtener una idea más precisa de los cambios en la percepción de la ciudad por parte de los visitantes al Museo, a continuación se acompañan en los gráficos 4, y 5 en los que se aprecian perfectamente las visiones de la ciudad para cada uno de los segmentos de visitantes.

La comparación de las puntuaciones en los dos escenarios nos permite apreciar algunos cambios en los años transcurridos, no obstante, una visión atenta a la figura anterior nos permite apreciar las debilidades y fortalezas de la Villa.

Resumiendo en una idea central lo que la figura expresa, podríamos decir que el «Bilbao Convivencial» supera con creces al «Bilbao urbanístico». Las puntuaciones más altas están representadas por todas aquellas dimensiones que ensalzan Bilbao como espacio amable, divertido, seguro, y con un nivel de vida alto. Por el contrario, las puntuaciones más bajas tienen que ver con el Bilbao congestionado, no excesivamente limpio, y con la oferta de servicios urbanos (aparcamientos, señalizaciones).

Siendo esta la tónica general, resulta interesante detenerse en los cambios en la percepción de los visitantes. A este respecto, un dato destacable que se aprecia perfectamente en los gráficos 4 y 5, es cómo la limpieza de la ría, a pesar de que recibe puntuaciones bajas, ha mejorado sensiblemente respecto a años anteriores. No cabe duda, que a medida que mejoren los accesos a ella y mejore la urbanización del entorno, de tal modo que se haga mas legible a primera vista la mejora del estado de las aguas, las puntuaciones subirán sensiblemente. No se puede olvidar que la percepción subjetiva que tenemos del medio está íntimamente unida al grado de legibilidad del mismo, a través de un proceso de asociación de imágenes que, en el caso de la ría, más allá de su situación real, la percepción en cuanto a su estado está íntimamente ligada a la renovación de las zonas inmediatamente anexas, actualmente profundamente deterioradas y en fase de renovación.

Es muy interesante comparar la distinta percepción que tienen los visitantes según cuál sea su origen. En términos generales, puede decirse que los visitantes del resto del Estado son los más severos a la hora de juzgar nuestra ciudad. Sin embargo, comparando las puntuaciones otorgadas entre los visitantes españoles y extranjeros, se aprecian diferencias importantes en algunos de los capítulos considerados. Así, los extranjeros son muchos más benévolos a la hora de juzgar los servicios urbanos que los turistas españoles, pero mucho más exigentes en los temas medioambientales.

Existen sin embargo tres aspectos de la ciudad en los que las valoraciones son coincidentes y elevadas, éstas son: nivel de vida, gastronomía y ambiente de las calles. Por el contrario, la divergencia es total en el tema de la seguridad, que recibe puntuaciones muy elevadas por parte de los visitantes extranjeros y mucho más bajas en el caso de los turistas españoles, donde es un secreto a voces, que su percepción sobre este tema está muy mediatizada por los medios de comunicación.

De compras por Bilbao

Uno de los cambios más visibles acaecidos en nuestra ciudad desde la inauguración del museo ha sido el relativo al comercio, tanto desde el punto de vista de su naturaleza como de su función. Por una parte, la actividad comercial tradicional de la Villa se ha visto sacudida por la llegada de nuevas firmas orientadas a un público con poder adquisitivo medio-alto que, de forma progresiva e ininterrumpida, ha ido modificando el paisaje urbano de la Villa, produciéndose el reforzamiento de su función comercial y originando al mismo tiempo una redefinición (¿acentuación?) del grado de centralidad de ciertas calles en detrimento de otras. Se trata de un proceso en el que todavía no acabamos de dar más que los primeros pasos y que, si las expectativas previstas se cumplen (Abandoibarra, Uribitarte, Zorrozaurre...), no son más que estaciones de tránsito para nuevas centralidades.

Por la otra, quizás menos visible pero, no por eso menos importante, y a expensas de estudios en detalle; se observa cómo en los últimos años se ha producido una verdadera revolución comercial que ha afectado a la estructura, tamaño y tipología comercial. Los conflictos entre el pequeño y el gran comercio, la consolidación de las franquicias, la apuesta por una política de integración de las funciones comerciales y lúdicas son algunos de los hitos que jalonan este proceso y que dan cuenta del cambio acaecido.

El resultado de todo ello es una política agresiva de consolidación comercial que pasa por una transformación de las formas de gestión y por una política flexible en términos de adaptación arquitectónica, política que ha revalorizado hasta límites insospechados el precio del suelo de la Villa y que ha hecho del problema de la localización comercial una verdadera aventura.

Si bien, tal y como ya se ha dicho, el análisis de estas transformaciones merece un estudio en detalle que desborda con creces las finalidades de este informe; no obstante, parece oportuno acercarse, aunque sea tímidamente, al análisis de las pautas de consumo de los visitantes dentro de las limitaciones propias que la visita al Museo Guggenheim propicia.

Es por esto, que las cifras que presentamos no representan el gasto medio del turista en Bilbao, dado que se ha dejado fuera deliberadamente el coste derivado del alojamiento o del desplazamiento. Se trata únicamente de un intento estimativo en aras a conocer el desembolso efectuado por los turistas en cuatro capítulos que nos parecían importantes: a) souvenirs, b) restauración, c) ropa, calzado y asimilados y d) otros. Asimismo, se ha querido conocer cuáles son las áreas comerciales a las que acuden en un intento de calibrar el grado de atracción que ejercen las distintas áreas comerciales de la villa.

Los datos que proporcionamos tienen un carácter meramente estimativo, no puede obviarse el hecho de que algunos turistas preguntados en el hall del Guggenheim, todavía no habían tenido tiempo de ver la ciudad y, por lo tanto, no podían aportarnos datos más precisos.

Del análisis de los datos se desprende que la incidencia más importante del turismo es en el sector de Hostelería, que representa el 41% del gasto (52,4€), seguido del “comercio textil y calzado” que representa el 31% (39,7€) . El capítulo de “souvenirs y recuerdos típicos del País Vasco” representa la nada desdeñable cifra del 25% (32€).

En relación a las pautas de consumo de los turistas en Bilbao, cabe señalar que:

- En primer lugar, se puede decir que el Ensanche constituye el área más favorecida desde el punto de vista comercial, debido fundamentalmente a su proximidad.

- En segundo lugar, que Bilbao proyecta una imagen de un comercio medio-alto para los turistas procedentes del resto del Estado y mucho más asequible para los turistas extranjeros.

- En tercer lugar, por lo que afecta a la calidad percibida del comercio de la Villa, cabe señalar que éste recibe una valoración bastante elevada. Así, el 51% de los turistas procedentes del resto del Estado afirman que el comercio bilbaino tiene una calidad media-alta/alta, mientras que este porcentaje baja al 15% en el caso de los turistas extranjeros. Obviamente la imagen percibida siempre está en relación con la imagen local y, en este caso, la diferencia de perspectivas entre ambos colectivos es, obviamente, notable.

La visita a la villa: alojamiento y tipo

Como en informes anteriores, uno de los aspectos más debatidos en todos los foros en los que se ha tratado el impacto del Museo en la Villa es el relativo al impacto en el sector de hostelería. Ya hemos visto los datos más destacados en relación al capítulo de compras, nos queda el relativo al alojamiento, aspecto éste que, a pesar de las dificultades que plantea su medición en términos económicos, dada la diversidad de situaciones y ofertas existentes, es extremadamente interesante para conocer el tipo de turista que se acerca a la Villa, a pesar de las limitaciones metodológicas de una encuesta hecho ex profeso a turistas que vienen a ver la ciudad y que no tienen tiempo que perder. El conocimiento de la duración, características y tipos de alojamiento, nos permite inferir el status bajo-medio-alto de los visitantes.

Tipo de Alojamiento

La importancia de los grandes equipamientos tipo Guggenheim, como elementos tractores de lo que se denomina la economía de servicios está fuera de toda duda. De hecho, uno de los aspectos más sobresalientes y que han convulsionado a la ciudad desde la inauguración del museo ha sido el relativo a la importancia del turismo cultural a la Villa. Consecuentemente, conviene conocer aquellos aspectos más relevantes en relación a la visita efectuada.

Desde el punto de vista del tipo de alojamiento elegido por lo visitantes, se observan dos situaciones perfectamente diferenciadas según se realice la visita en época estival o no. Así los visitantes alojados en hoteles representan el 63% frente al 50% en Agosto-99, confirmando la idea sostenida en informes anteriores que refleja el carácter transitorio del turista de verano.

Los turistas, ¿se quedan o se marchan?

Otro tema importante es el relativo a la duración de la visita. Es evidente que el impacto económico del turismo en la Villa en términos de gasto, está directamente vinculado a la menor/mayor duración de la visita.

Se puede señalar como aspecto más significativo el aumento de la estancia de los turistas entre nosotros. Si en Agosto-1999 el porcentaje de turistas que pernoctaban al menos una noche era del 40%, en Marzo-2002 este porcentaje es del 53%.

¿Turismo de calidad?. Categoría del hospedaje

Otro aspecto interesante a conocer es el relativo a la categoría del alojamiento, dado que puede ser un excelente indicador de la calidad, en términos económicos, del turista cultural. Aunque somos conscientes que la elección de uno u otro tipo de alojamiento puede estar mediatizada por otra serie de circunstancias complementarias: ofertas de fin semana, pack de promociones..., lo cierto es que el análisis de la categoría del hospedaje nos permite acercarnos al concepto más o menos difuso de turismo de calidad.
Se observa un descenso significativo en el número de personas alojadas en hoteles de cuatro o cinco estrellas. Aunque los datos no nos permiten apreciar si se trata de una tendencia o de un momento puntual, lo cierto es que este descenso puede estar explicado en parte por el sensible aumento y consecuente diversificación de las plazas hoteleras habido en los últimos año (2). Hasta qué punto el notable aumento de este tipo de hoteles ha ido en detrimento del segmento más alto, es pronto para saberlo, pero, lo cierto es que la diferencia de seis puntos en relación a Agosto-1999 es significativa, no digamos nada respecto a Abril-1999, donde la diferencia es de veinte puntos.

Otra posible explicación es el aumento de la estancia que, obviamente, hace que la gente busque soluciones más económicas a la hora de hacer las reservas, lo cierto es que habrá que seguir con detalle esta tendencia

¿Dónde se alojan los turistas que vienen a la Villa?

Para completar esta panorámica, es importante conocer si los turistas que vienen a ver el museo se alojan dentro del área metropolitana o, por el contrario, lo hacen en provincias limítrofes, y que aprovechando esta situación, realizan una visita puntual al museo para volver a marcharse después.

Los datos muestran una diferencia evidente entre el turismo de verano y el de invierno. De los visitantes a la muestra de Marzo-2002, el 82% se alojan en el área metropolitana, sólo un 10% proceden de las provincias limítrofes. Estas cifras son muy similares a la muestra de Abril-1999 pero, totalmente distintas a las de Agosto-1999, donde el 25% de las personas que venían a ver la muestra procedían de las provincias limítrofes, utilizando un día de asueto para darse una vuelta por acá.

Como puede comprobarse, el porcentaje de población que se aloja en el A.M.B. fuera de la temporada de verano supera el 80%, cifra que baja al 64% en Agosto-1999. Si se observa en las columnas de la derecha, se aprecia perfectamente cómo las provincias limítrofes son las beneficiarias de esta pérdida, lo cual da pie a proponer la necesidad de combinar la política de exposiciones, reservando las muestras más selectivas y especializadas en épocas fuera de temporada, con otras mucho más divulgativas, orientadas al gran público para la época estival.

¿De dónde proceden los turistas?

Ya se ha dicho que el 11S marca un antes y un después, sobre todo por lo que afecta a los turistas procedentes de USA, cuya presencia ha caído del 12% en Agosto-1999 al apenas 4% en Marzo-2002. Creemos que no se trata de una mera excusa, sino de una realidad a todas luces objetiva que afecta al grado de comparabilidad de los datos.

Los turistas procedentes de fuera de la C.A.V. representan el 55% del total de visitantes al Museo.

En primer lugar, que el 66% de los visitantes proceden del resto del Estado, destacando especialmente los visitantes madrileños y catalanes por orden de importancia.
En segundo lugar, se observa que las cifras de visitantes procedentes de Francia, Italia o Reino Unido se mantiene constante.

En tercer lugar, merece la pena destacar la importancia de turistas procedentes de Sudamérica. Comparativamente, es el turismo que más ha aumentado su presencia.

Por último, respecto a informes anteriores, se observa una caída importante del turismo procedente de Norteamérica.

Conclusiones

La perspectiva que da el tiempo transcurrido desde nuestro primer informe allá por Abril de 1999, nos proporciona una visión, creemos que contrastada, de la importancia que el Museo Guggenheim ha supuesto en este «renacer» de la Villa. Durante este largo período en el que eventos como el del 11S han marcado un antes y un después en la afluencia de visitantes norteamericanos, e incluso, a nivel local, donde la afluencia de turistas del estado ha tenido que vencer una cierta resistencia producto de una opinión pública quizás exageradamente sugestionada por una definición de la situación no del todo acorde con la realidad, una cosa está clara, el Museo Guggenheim sigue siendo un valor estable que ejerce una poderosa fascinación a los ojos del visitante, en consonancia con su papel como equipamiento cultural de alcance internacional.

Entrando en aspectos más concretos recogidos en este informe, a continuación se detallan otra serie de cuestiones relevantes al impacto del turismo en la Villa que, de forma conclusiva, recogemos a continuación:

- En primer lugar, conviene señalar que existe una gran diferencia entre el turismo de verano y el del resto del año. Esta diferencia afecta tanto a la tipología y calidad del alojamiento como a las pautas de consumo y valoración de la Villa. En este sentido, puede decirse que el turismo que viene expresamente a la Villa a ver una determinada muestra tienen un estatus más alto que el que aprovecha la temporada de verano para darse una vuelta por nuestra ciudad. Esta diferencia de estatus se nota tanto en el nivel de alojamiento como en las pautas de consumo.

- En segundo lugar, conviene señalar que el turismo de la Villa sigue estando exclusivamente dependiente del Guggenheim, sin haber alternativas complementarias dignas de mención. Evidentemente, no se trata de sustituir al museo que, a todas luces constituye el “valor estrella”, la gente viene expresamente a verlo; pero sí de aprovechar su impacto para ir desarrollando itinerarios turísticos complementarios. Preguntados los turistas sobre su disposición a visitar otra serie de monumentos o áreas de interés, la opinión dominante es que o bien no se había oído hablar de ellas o pasaban totalmente desapercibidas. Creemos que si se aborda este problema con una generosidad de miras, superando el marco meramente local: Artium, Chillida-Leku por no citar más que dos ejemplos, es posible ir consolidando una oferta cultural y turística realmente importante al pairo de la cual se puedan desarrollar otros productos colaterales quizás no de tanto relumbrón pero idénticamente interesantes.

- En tercer lugar, por lo que hace referencia a la calidad y cantidad del alojamiento, se observa que el hospedaje en hoteles de cuatro estrellas y superiores ha disminuido, al menos comparativamente con muestras anteriores. Aunque es pronto para analizar esta tendencia y para saber hasta qué punto se mantendrá en el futuro, lo cierto es que en el tiempo transcurrido desde el último informe se ha producido un vuelco de 180º en la oferta turística que desde 1999 ha aumentado en 465 plazas produciendo una diversificación de la oferta desconocida hasta la fecha, sobretodo en sector intermedio. No cabe duda que esta transformación operada en el sector hostelero ha modificado sensiblemente la oferta turística, sobre todo desde el punto de vista del abanico de opciones y precios; pensamos que este tema en los próximos años se verá alterado aún más en la medida que los proyectos de construcción en curso finalicen.

- En cuarto lugar, se ha observado una mejora general de las puntuaciones otorgadas por los visitantes a la Villa. No obstante, sigue primando la visión de la ciudad como “espacio convivencial” sobre la “ciudad construida”. No podemos olvidar que las construcciones mentales que nos hacemos de una ciudad, tal como Lynch señala, están dotadas de un grado de fijeza, producto de nuestras prenociones; paradójicamente, esto nos incapacita para apreciar la magnitud de los cambios reales acaecidos. En este sentido, todavía estamos un poco lejos de proyectar una imagen atrayente, la existencia de contenedores en la zona de Abando-Ibarra, la sensación de estar la ciudad inmersa en obras permanentes, la falta de colmatación de los bordes de ría..., son algunas de las causas que explican el por qué las puntuaciones otorgadas a la ciudad construida no reflejan convenientemente los cambios operados en la ciudad.

- Por último, conviene señalar la importancia que tienen aspectos intangibles como: la gastronomía, la calidad del comercio o el ambiente de las calles. Creemos que esto pone de manifiesto la dulzura y amabilidad que se esconde detrás de nuestra aparente “hosca” ciudad, asociada hasta hace pocos años al trabajo y a la actividad industrial, al gris y al humo de sus fábricas, y al olvido de cualquier asomo de comportamiento lúdico o recreativo, como si la vida bilbaína sólo pudiera verse bajo el prisma de una ciudad trabajadora y abnegada que ha arrinconado cualquier atisbo de alegría. El esfuerzo denodado realizado en los últimos años por traspasar nuestras propias limitaciones, haciendo de Bilbao una ventana abierta al mundo, está mereciendo la atención de otras ciudades inmersas en procesos de reconversión. Dentro de esta dinámica entendemos que sectores como la hostelería están jugando un papel clave en el proceso de regeneración de la ciudad que hay que seguir potenciando.

Deusto-Bilbao, Mayo, 2002


(1) A pesar de la opinión sostenida por algunos sectores de la opinión pública poniendo en entredicho la calidad de las exposiciones artísticas, que contrasta por otra parte, con el sentimiento de admiración que genera la obra de Gehry; sin embargo, no podemos resistirnos, al margen de nuestras propias opiniones al respecto, a dejar de reseñar la importancia que algunas de las exposiciones artísticas han tenido durante el año 2000. Así, según la prestigiosa revista The Art Newspaper, siete muestras del Guggenheim-Bilbao han estado entre las veinticinco muestras más visitadas en el mundo. De hecho, según esta misma revista, Bilbao es la única ciudad del mundo que cuenta con seis menciones entre las veinticinco primeras exposiciones por número de visitantes diario, seguida de San Petesburgo. Incluso, muestras aparentemente dirigidas a públicos tan especializados como la de Clemente han recibido la nada despreciable cifra de trescientos mil visitantes. (Comentario sacado de http://www.elcorreodigital.com/guggenheim/muestras.html)

(2) Sólo entre 1999 y 2001 el número de hoteles en Bizkaia ha pasado de 100 a 116 y las plazas hoteleras han pasado de 6.210 a 6.675, lo que supone un aumento del 7,4%, cifra que en su mayoría ha afectado a la clase estándar. GOBIERNO VASCO, Consejería de Industria y Turismo, Informe de Coyuntura, 1999 y 2001, Vitoria-Gasteiz

Jon LEONARDO Profesor of Urban Sociology, Deusto University, Bilbao email: leonardo@soc.deusto.es
Researchers:
Emma SOBREMONTE, Sociologist, Lecturer of Social Work School
Saioa LANDA, Researcher of Urban Sociology Department of Deusto University